martes, 22 de septiembre de 2009

Esta historia...


Esta es la vida de los peregrinos emocionales, serenos y conscientes en convertir sus propios dolores en virtud. Este es el destino de quien sigue caminando sin detenerse, aunque sea necesario retroceder para retomar el buen camino. Esta es la historia de quien sabe ver lo bueno y lo malo de cada persona, pero no la juzga. Esta historia es para quien no tiene miedo de sentirse solo. Esta es para quien se ha sentido al menos una vez inútil yendo deprisa. Esta es para quien no olvida, aunque no conozca el rencor. Esta es para quien no siente la necesidad de atacar ni de defenderse. Esta historia es para quien encuentra dignidad en el sentirse frágil. Esta es para quien comprende cuánto puede contar y cuánto puede cuidar el silencio. Esta es para quien siente que no debe prometer nada que no pueda llegar a cumplir. Esta es para quien tiene el coraje de querer a una persona por lo que realmente es. Esta es para quien sabe hacerme reir y para quien me quiere escuchar. Esta historia es para quienes ponen un alto en los prejuicios y dan valor a la primera "segunda impresión". Esta es para las personas que hacen de su humildad y gratitud, afecto hacia los demás. Esta es para quien saber perdonar y sabe perdonarse.

Doy gracias por todo lo que he tenido: las alegrías, las fortunas, los dolores, los errores, las satisfacciones, los obstáculos... Este camino es una promesa de fidelidad, una promesa de fuerza, una promesa a mi propia vida. Prometo lo mejor que sabré dar a quien quiero y a quien me quiere de verdad.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Táctica y estrategia

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

(Mario Benedetti)

sábado, 19 de septiembre de 2009

Movimiento

La vida es movimiento. No moverse hacia delante es moverse hacia atrás. La vida es sólo vida si avanza. Si no evoluciona, entras en decadencia. Si tu relación no mejora, es que empeora. Si tu pareja y tú no estáis creciendo juntos, es que morís juntos. Pero la inmovilidad es imposible.... Puedes vivir el momento, pero no capturarlo. Debes experimentarlo y luego dejarlo ir y pasar al siguiente momento y a la siguiente aventura... Y no puedes saber por anticipado cual será...

Esta actitud de no oponerte al cambio te la da la autoestima y contra más la pones en práctica más fortaleces tu autoestima. Tu mayor posibilidad de permanecer está en tu capacidad de encajar los cambios. El amor tiene las máximas posibilidades de sobrevivir cuando fluye con la vida en vez de luchar contra ella. Si tienes la sabiduría y el valor para respaldar los sueños y las aspiraciones de tu pareja, y ella hace lo mismo contigo... tendreis la major posibilidad de que el amor sea "para siempre".

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Apresúrate lentamente



Precioso concierto de Shuarma el que compartí con una persona muy especial...

Abre las manos, abre los brazos, ensancha los lazos,
abre más ancho el camino, abre tu destino,
abre tu forma de ver y abre tu forma de escuchar
y abre las puertas... a quien quiera entrar...

Y apresúrate lentamente a ver el sol caer,
apresúrate lentamente a ver la luna llegar,
apresúrate lentamente a tocar el cielo y dejar
que lentamente se apresuren los demás...

Abre al dolor y ábrele al miedo tus puertas,
abre a los abstracto, abre al sonido intacto,
abre a conciencia y retroacción,
y abre al poder de esta canción...
y abre a sentir... tu intuición....

martes, 15 de septiembre de 2009

Autoestima y autonomía

El artículo ha sido trasladado a la sección AUTOESTIMA de este mismo blog.

lunes, 14 de septiembre de 2009

El amor inmaduro

El artículo ha sido tarsladado a la sección DUELOS de este mismo blog

viernes, 11 de septiembre de 2009

La recompensa

Una de las cosas por las que mis parejas no funcionaron mejor ha sido el desequilibrio entre lo recibido y lo recompensado. Somos muchos los que, cuando parece que nuestra pareja hace mal las cosas, estamos ahí para demostrar que nos tienen a su lado como apoyo para que se animen e intenten mejorar esos puntos pocos trabajados en su conducta. Generalmente esas conductas que ellas muestran suelen ser fuertemente emocionales, fruto de un momento concreto, que tras unas horas o unos días se desvanece. Nosotros buscamos estar positivos, atentos, cariñosos, porque no queremos verlas así y queremos demostrar que pueden contar con nosotros aunque lo que haya sucedido no nos favorezca.

Pongamos un ejemplo. Tal vez vuestra pareja llegue a casa y se encuentre resentida por una cuestión de trabajo que acabe pagando con vosotros. Puede que esa discusión vaya a más y atente contra un punto importante como pueda por ejemplo ser la confianza hacia vosotros. Tal vez ella se marche diciendo que necesita estar sola y que os vereis a la hora de la cena en casa de sus padres. Puede ser que vosotros para animarla salgáis de casa y os acerquéis a vuestra floristería favorita y le compréis un ramo de rosas. Y a la noche se lo ofrezcáis para intentar animarla. ¿Y por qué? Porque la queréis, porque queréis demostrárselo, porque queréis trasmitirle una emoción positiva que le ayude a estar mejor. Tal vez cuando se lo entreguéis, ella se quede inmóvil, eche a llorar y salga corriendo, sin que nadie de los presentes y menos vosotros entendáis qué es lo que le pasó. Y lo mejor... tal vez este gesto se repita constantemente y se acabe convirtiendo en una pauta de pareja (indudablemente si la situación es algo puntual no entra en este concepto que intento explicar). Y no hablo de regalar flores o de tener detalles, sino de mostrar la mano abierta, el consuelo total, la entrega incondicional y el apoyo tras cualquier discusión en que uno de los dos rompe una norma básica de la pareja.

Las personas orgullosas no comprenderán seguramente de lo que estoy hablando. Su comportamiento, tras una discusión como la del ejemplo, será cruzarse de brazos y/o mostrar cierta indiferencia hasta que la pareja reflexione y se dé cuenta de lo que hizo y pida disculpas. Pero bueno, todos no somos así.

¿Por qué sale corriendo sin decir nada en el ejemplo? Porque se siente confundida. Sabe que ha hecho algo mal, una conducta que tiene muy arraigada en ella desde pequeña y es consciente de que daña la relación, pero que no siempre puede controlarla y por eso necesita estar sola y reflexionar. Ella sabe que si se siente mal es por lo que hizo... entonces zas! va y recibe un precioso ramo y de repente piensa... se está arrepintiendo de la discusión? entonces hizo él algo malo? no fui yo? A lo que acabamos alimentando la confusión y la continuidad de esa mala conducta porque le hacemos creer que toda la discusión no se debió a ella.

Qué fácil parece verse así, verdad? A mi sí me lo parece...ahora claro. Recompensar las buenas conductas hace que la otra persona se sienta más atraida hacia nosotros y encima ayudemos a mejorar su conducta. Por qué más atraida? Porque nos mostramos íntegros y justos, porque gozamos de valores y creemos en las reglas básicas de la pareja y no queremos a nadie junto a nosotros que constantemente las quebrante. Y por qué ayudamos a mejorar su conducta? Creo que esto es evidente. La próxima vez que sienta que las emociones la dominan se lo pensará dos veces antes de pagarla con nosotros... porque ya sabe las consecuencias que tendrá la situación.

Insisto, qué fácil y sencillo, verdad? Os suena la situación en que uno de los dos se muestra desinteresado y frío y la otra persona se obsesiona por hacer cosas agradable por su pareja? Os suena tal vez al final de la mayoría de las relaciones que conoceis? ... Yo he aprendido que en una relación hay que reforzar los comportamientos positivos para fortalecer el vínculo. Cómo? Hay muchas cosas amables para demostrar nuestra aprobación... desde el mismo ramo de flores (mal utilizado en el ejemplo), hasta invitarla a cenar, a sorprenderle con un viaje, teniendo sexo con ella o escribiéndole una carta de amor... eso ya es personal!

Y las conductas básicas del amor? Mostrar, sentir y recibir (las tres igual de importantes)... Respeto, Confianza, Comunicación, Aceptación, Compromiso, Apoyo, Perdón y Admiración.

Continuará.... (enlazada con la siguiente reflexión)

lunes, 7 de septiembre de 2009

No.

Por desgracia no puedo separarme tan fácilmente de las cosas que me han sucedido. Siento como si me hubieran robado la energía y me costara mucho recuperarla. Me siento necesitado afectivamente y lucho contra eso. Para mi no es fácil tener que centrarme en mi vida y en mi felicidad y en mi camino... aunque tenga bonitos e importante retos a la vista como son el acabar la carrera, crear mi espacio y evolucionar como persona. Cada día sigo pensando en esa personita que decidió seguir su camino y ese pensamiento no me hace bien. Quiero desligarme completamente de ella porque quiero aceptar con humildad y silencio lo ocurrido. Hay frases que retumban en mi cabeza, frases que me duelen, porque siento que me dejé tratar mal.

Y ahora no quiero una relación insana, donde no haya equilibrio entre dar y recibir. Porque no quiero a una persona con baja autoestima con la que yo me destruya, ni quiero ansiedades, ni acciones impulsivas, ni manipulaciones, ni chantajes emocionales. Porque no quiero parejas que se obsesionen por mi, ni parejas que estén por encima o por debajo de mí. Porque no busco ser el salvador de nadie, ni encerrarme en cualquier tipo de relación posible. Porque no quiero una pareja que me pueda odiar o despreciar tanto como querer o idolatrar sin ver más allá de sus ojos lo que entregué. Porque no quiero a mi lado a nadie que no confíe en mí, ya no en mis palabras sino en mis acciones. Porque no quiero andar sobre cáscaras de huevo, acusado de cosas que no hice, ni de palabras que nunca dije. Porque no acepto que nadie quiera borrar mi pasado, porque yo soy lo que soy ahora por lo que he vivido antes. Porque no quiero a nadie que me destierre al silencio y al vacío, porque mi trato nunca se mereció eso. Porque no quiero palabras que luego se quedan en nada, ni falsos sentimientos sentidos tan profundamente. Porque no quiero blancos o negros, ni personas dependientes, ni maletas mal cargadas de rencores o no superaciones. Porque quiero que me acepten como soy, un tipo normal con errores y virtudes como cualquiera. Porque no quiero vivir en una constante montaña rusa emocional, ni a nadie que tenga grandes dificultades en controlar sus emociones. Porque en mi vida ya no va a entrar cualquier persona, sino quien lo merezca de corazón... no por las cosas buenas... sino por TODO lo que aporte. Mis puertas más profundas ya no estarán abiertas de par en par para cualquiera, sino para aquellos para los que verdaderamente soy importante... y sobre todo... porque no quiero a nadie que me diga que se quitará de en medio si no estoy con ella esa noche...

Y de todo esto, ¿qué depende de mi? Depende no olvidar lo vivido. Depende aprender a dar conforme me dan a mí. Depende aprender a soltar cuando el amor que te brindan no es verdadero. Porque desconfiar no es que "me amen bien", porque depender no es "que me amen bien", porque sufrir no es "que me amen bien", porque obsesionarse no es "que me amen bien", así que ahora sé cómo quiero recibir el amor de otra persona... así que ahora ya sé a quien debo brindar mi verdadero amor de manera libre. Y lo más importante de todo... poner estas ideas en práctica... al principio como una acción... después como un hábito ... y para finalizar siendo una forma de vida.

Me siento triste de sentir que a una persona a la cual aprecio, a pesar del daño que me ha causado inconscientemente, no le importo. Porque el sabor de boca final ha sido tan duro para mi que solo pienso que ya no merece la pena ningún gesto positivo hacia ella. No por la ruptura en sí, sino por la necesidad que tuvo de pasar por encima de todo lo ocurrido, a cualquier precio.

... y ahora qué mas da. Qué mas dan los vacíos, el cómo te ven los demás, las conclusiones de la gente que no conoce la verdadera historia. Que más dan las versiones, las lagunas o los rencores. Que más da... si nadie llegó donde llegué yo, si nadie quiso hasta donde amé yo, si nadie estuvo tan cerca de ese dolor consciente como lo estuve yo... Y no hablo de que mi entrega fuera la mejor. Fue la mía, solo eso, personal, subjetiva y única... por cómo la sentí, por el tiempo en que la di, por las circunstancias de la situación y por la persona a la que la dí... personal, subjetiva y única... Por tantas cosas que no quiero volver a repetir... NO. Yo valgo más que todo esa mierda.