viernes, 11 de septiembre de 2009

La recompensa

Una de las cosas por las que mis parejas no funcionaron mejor ha sido el desequilibrio entre lo recibido y lo recompensado. Somos muchos los que, cuando parece que nuestra pareja hace mal las cosas, estamos ahí para demostrar que nos tienen a su lado como apoyo para que se animen e intenten mejorar esos puntos pocos trabajados en su conducta. Generalmente esas conductas que ellas muestran suelen ser fuertemente emocionales, fruto de un momento concreto, que tras unas horas o unos días se desvanece. Nosotros buscamos estar positivos, atentos, cariñosos, porque no queremos verlas así y queremos demostrar que pueden contar con nosotros aunque lo que haya sucedido no nos favorezca.

Pongamos un ejemplo. Tal vez vuestra pareja llegue a casa y se encuentre resentida por una cuestión de trabajo que acabe pagando con vosotros. Puede que esa discusión vaya a más y atente contra un punto importante como pueda por ejemplo ser la confianza hacia vosotros. Tal vez ella se marche diciendo que necesita estar sola y que os vereis a la hora de la cena en casa de sus padres. Puede ser que vosotros para animarla salgáis de casa y os acerquéis a vuestra floristería favorita y le compréis un ramo de rosas. Y a la noche se lo ofrezcáis para intentar animarla. ¿Y por qué? Porque la queréis, porque queréis demostrárselo, porque queréis trasmitirle una emoción positiva que le ayude a estar mejor. Tal vez cuando se lo entreguéis, ella se quede inmóvil, eche a llorar y salga corriendo, sin que nadie de los presentes y menos vosotros entendáis qué es lo que le pasó. Y lo mejor... tal vez este gesto se repita constantemente y se acabe convirtiendo en una pauta de pareja (indudablemente si la situación es algo puntual no entra en este concepto que intento explicar). Y no hablo de regalar flores o de tener detalles, sino de mostrar la mano abierta, el consuelo total, la entrega incondicional y el apoyo tras cualquier discusión en que uno de los dos rompe una norma básica de la pareja.

Las personas orgullosas no comprenderán seguramente de lo que estoy hablando. Su comportamiento, tras una discusión como la del ejemplo, será cruzarse de brazos y/o mostrar cierta indiferencia hasta que la pareja reflexione y se dé cuenta de lo que hizo y pida disculpas. Pero bueno, todos no somos así.

¿Por qué sale corriendo sin decir nada en el ejemplo? Porque se siente confundida. Sabe que ha hecho algo mal, una conducta que tiene muy arraigada en ella desde pequeña y es consciente de que daña la relación, pero que no siempre puede controlarla y por eso necesita estar sola y reflexionar. Ella sabe que si se siente mal es por lo que hizo... entonces zas! va y recibe un precioso ramo y de repente piensa... se está arrepintiendo de la discusión? entonces hizo él algo malo? no fui yo? A lo que acabamos alimentando la confusión y la continuidad de esa mala conducta porque le hacemos creer que toda la discusión no se debió a ella.

Qué fácil parece verse así, verdad? A mi sí me lo parece...ahora claro. Recompensar las buenas conductas hace que la otra persona se sienta más atraida hacia nosotros y encima ayudemos a mejorar su conducta. Por qué más atraida? Porque nos mostramos íntegros y justos, porque gozamos de valores y creemos en las reglas básicas de la pareja y no queremos a nadie junto a nosotros que constantemente las quebrante. Y por qué ayudamos a mejorar su conducta? Creo que esto es evidente. La próxima vez que sienta que las emociones la dominan se lo pensará dos veces antes de pagarla con nosotros... porque ya sabe las consecuencias que tendrá la situación.

Insisto, qué fácil y sencillo, verdad? Os suena la situación en que uno de los dos se muestra desinteresado y frío y la otra persona se obsesiona por hacer cosas agradable por su pareja? Os suena tal vez al final de la mayoría de las relaciones que conoceis? ... Yo he aprendido que en una relación hay que reforzar los comportamientos positivos para fortalecer el vínculo. Cómo? Hay muchas cosas amables para demostrar nuestra aprobación... desde el mismo ramo de flores (mal utilizado en el ejemplo), hasta invitarla a cenar, a sorprenderle con un viaje, teniendo sexo con ella o escribiéndole una carta de amor... eso ya es personal!

Y las conductas básicas del amor? Mostrar, sentir y recibir (las tres igual de importantes)... Respeto, Confianza, Comunicación, Aceptación, Compromiso, Apoyo, Perdón y Admiración.

Continuará.... (enlazada con la siguiente reflexión)

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