sábado, 23 de enero de 2010

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La memoria no es comprensible sin un acercamiento matemático. El dato fundamental radica en la relación numérica entre el tiempo de la vida vivida y el tiempo de la vida almacenada en la memoria. Nunca hemos intentado calcular esa relación y, por otra parte, no disponemos de ningún medio técnico para hacerlo; no obstante, sin grandes riesgos de equivocarme, puedo suponer que la memoria no conserva más que una parcela muy ínfima de la vida vivida. Eso también forma parte de la esencia misma del hombre. Si alguien pudiera conservar en su memoria todo lo vivido, si pudiera evocar cuando quisiera cualquier fragmento de su pasado, no tendría nada que ver con un ser humano: ni sus amores, ni sus amistades, ni sus odios, ni su facultad de perdonar o de vengarse se parecerian a los nuestros.
Nunca nos cansaremos de criticar a quienes deforman el pasado, lo reescriben, lo falsifican, exageran la importancia de un acontecimiento o callan otro; estas criticas están justificadas, pero carecen de importancia si no van precedidas de una crítica más elemental: la crítica de la memoria humana como tal. Porque la pobre, ¿qué puede hacer ella realmente? Del pasado solo es capaz de retener una miserable parcela, sin que nadie sepa por qué ésa y no otra.(...)
Me imagino la emoción de dos seres que vuelven a verse después de muchos años. En otros tiempos, se han frecuentado y creen, por lo tanto, que están vinculados por la misma experiencia, por los mismos recuerdos. Los mismos recuerdos? Ahí precisamente empieza el malentendido: no tienen los mismos recuerdos; los dos conservan del pasado dos o tres situaciones breves, pero cada uno las suyas; sus recuerdos no se parecen; no se encuentran; incluso cuantitativamente no pueden compararse: el uno se acuerda del otro más de lo que éste se acuerda de él; primero porque la capacidad de memoria difiere de un individuo a otro, pero también porque la importancia de uno para el otro no es la misma. Cuando Irene vio a Josef en el aeropuerto, recordaba cada detalle de su aventura pasada; Josef no recuerda nada. Desde el primer instante quedó marcado por una injusta e indignante desigualdad... MILAN KUNDERA

sábado, 9 de enero de 2010

ESCORPIONES Y SAPOS

Hoy toca otra historia. T. es una persona lista e inteligente, pero demasiado cándida en ocasiones. Nos encontramos hace días por casualidad y decidimos tomar un café sobre la marcha. La conversación acabó derivando hacia los intríngulis de la seducción. T. me exponía la teoría de dividir a la gente en depredadores o estrategas T. se considera a sí mismo un estratega y como tal elije cuándo y cómo mover ficha... se mueve bien en conversaciones bis a bis, en pequeños encuentros que van forjando ese juego de conocerse, intimar o crear química. Y aun siendo conocedor de la existencia de depredadores, siempre entendió que existían reglas lógicas que entre colegas había que mantener... una de ellas sería algo así como... "si yo estoy trabajándome a una chica, si entras... que sea para ayudarme, no para levantármela". Como dice él, conocer a gente nueva en general es un momento en el que uno se pone en juego, como persona y como chico, y si lo tiene que hacer acompañado por alguien, quiere estar seguro de su compañía, de que hay complicidad y confianza. "De no ser así, mejor estar sólo..." dice.

La naturaleza del depredador realmente no entiende de esas reglas porque su naturaleza es atacar, ir a saco ante cualquier chica interesante. A T. le pasó que nunca se había juntado con un depredador hasta hace poquitos meses... y cuando salían y su amigo atacaba, T. como buen entendedor de sus reglas, le dejaba cancha, no interponiéndome en sus métodos de seducción. La paradoja ocurrió cuando la situación se revirtió y fue T. quien intentaba conocer a una chica y le pidió apoyo. Está claro que esta vez falló la complicidad...

T. no se siente en el papel de víctima, solo me lo cuenta porque quiere comprender cómo actúan los demás. Y termina su café diciéndome que como todo buen mecanismo habrá que terminar engrasándolo para no pisarnos los pies unos a otros... Aun así dudo de si escopiones y sapos pueden compartir su habitat... será cuestión de aceptación supongo. Para ilustrarlo, nada mejor que un cuento. A lo mejor mucha gente ya lo conoce... yo lo descubrí hace poco...

Un río se interpuso en el camino de un escorpión. Éste, aprovechó que frente a él vió a medio sumergir a un sapo. El escorpión le pidió de favor que lo subiera en su lomo, y lo llevara hasta la otra orilla para cruzar el río. El sapo respondió: ¿Acaso crees que soy tonto? Si te subo en mi lomo, seguro me picarás y moriré. El escorpión dijo entonces: ¡¿Cómo se te ocurre?! Si yo te picara, moriría contigo. Claro que no lo haré. El sapo decidió ayudar al escorpión y, cuando estaban cruzando el río, el sapo recibió una picadura mortal. Cuando ambos se hundían y estaban a punto de ahogarse, el sapo reclamó: ¿Por qué lo hiciste? A lo que el escorpión respondió: Lo siento sapo, no pude evitarlo... es mi naturaleza.

(Dedicado con cariño a Balaguer y Juanma)

viernes, 8 de enero de 2010

CUENTO DE ENERO

Más que una reflexión esta vez tocará un pequeño cuento sobre la vida. Aquí están los personajes principales: Paula, Iván y Carlos. Se conocieron una noche de enero en una situación algo rara para todos: una discoteca. Les presentó Ana, amiga de Iván. Desde el principio hubo simpatía o interés por seguir en contacto... se cayeron bien... parecía que de todos hacia todos. Se intercambiaron teléfonos, mesengers, emails... Se formó un pequeño grupito con más amigos y la cosa empezó con el entusiasmo típico de estas cosas: muchos email de grupo, cenas, quedadas y vida social. A la vez hubo conversaciones que iban un poco más en privado, entre Iván y Paula y entre Carlos y Paula.

En su momento Carlos e Iván se dieron cuenta que allí algo raro estaba pasando y el tema salió a la luz. Hablándolo se dieron cuenta que ninguno había perdido la cabeza por aquella chica, pero que sí habia interes en ella por parte de los dos. Entonces se decidió que de aquel momento se hablaría claramente entre los dos, de modo que si uno lograba avances, el otro lo sabría y dejaría de insistir. Al final fue como decir que cada uno jugaría sus mejores cartas y que Paula decidiría.

Al cabo de un tiempo fue evidente que a ella le gustaba Carlos más que Iván... Antes de salir con ella, Carlos habló con su amigo y dejó claro lo que estaba pasando, pero sobre todo le preguntò si eso afectaría mínimamente la amistad. Y lo preguntó dos veces, porque tenia clara su escala de prioridades.

El resto es la historia de dos personas en el intento de conocerse y encontrarse en un vínculo más íntimo... al final la relación no fue a ningún lugar, pero la amistad salió reforzada y de hecho fue el vinculo que salió ganando de toda la historia. Tanto Carlos como Iván tuvieron clara su escala de prioridades y el "cómo" hacer las cosas. Fin de la historia.

jueves, 7 de enero de 2010

EL CÓDIGO DE LOS COLEGAS (continuación del artículo de Dani)

Anoche Dani publicó las cinco y principales normas del código de los colegas en este post http://pensieriinrete.blogspot.com/2010/01/el-codigo-de-los-colegas.html

Yo como buen colega voy a darle la puntilla al asunto con las normas más excéntricas y divertidas que este código de buenos haceres recoge... aquí van algunas reglas....

Artículo 17: Cuando estás fuera con los colegas, nunca aceptes una llamada de tu novia (a no ser que sepas que se está muriendo o se ha quedado atrapada bajo un camión, y si este es el caso soluciónalo rápido). Siempre habrá “te quieros” para más tarde.

Artículo 29: Un colega, al momento, si se produce una pelea de chicas debe avisar al otro colega que se está dando dicha situación.

Artículo 30: Un colega nunca debe llorar durante una película. En el caso de que lo haga, nunca debe admitirlo a menos que se trate de alguna chica con la que quiera sumar puntos.

Artículo 34: No debes hacer contacto visual durante un trío demoniaco (dos hombres).

Artículo 38: Un colega nunca debe llevar una toalla alrededor de la cabeza después de salir de la ducha.

Artículo 60: Cuando un colega esté a punto de cerrar con una chica, el otro colega no debe hacer nada que pueda perjudicar el resultado deseado, aunque ello incluya la seducción de una chica poco atractiva. Se podrá intervenir pero, siempre que el colega vaya borracho y no sepa lo que hace para que después no se arrepienta de lo que ha hecho (obligación moral).

Artículo 69: Dos colegas nunca deben compartir un paraguas.

Artículo 84: Si un colega pide a otro colega de robar un animal del zoológico éste deber ayudarle a menos que el animal sea mayor que él.

martes, 5 de enero de 2010

EN...

El otro día encontré en el blog de Dani un artículo sobre el indicador Myers-Briggs (MBTI en inglés), una especie de test de personalidad de los que tanto me gustan a mi (y por lo visto también a mi amigo Dani). El indicador fue creado por Katharine Cook Briggs y su hija Isabel Briggs Myers durante la segunda guerra mundial, y los criterios utilizados responden a las teorías que Carl Gustav Jung propusiera en su trabajo "Tipos Psicológicos".

El MBTI ordena estas diferencia psicológicas en cuatro conjuntos de pares opuestos o dicotomías: ACTITUD (extrovertido / introvertido), FUNCIONES (sensorial / intuitivo, racional / emocional) y ESTILO DE VIDA (calificador / perceptivo), cuyas combinaciones dan origen a 16 tipos psicológicos. Ninguno de estos tipos es "mejor" o "peor"; sin embargo, Briggs y Myers pensaban que los individuos naturalmente tendrían una preferencia por una combinación específica de diferencias. En forma similar a como la gente encuentra que escribir con la mano izquierda es más dificil si uno es diestro, los individuos encuentran dificultoso utilizar preferencias psicológicas que son opuestas a las propias.

Si a alguien le interesa hacer el test le dejo un enlace en inglés al respecto: http://www.mypersonality.info

Yo hice dos veces el test en dos momentos diferentes. Los resultados fueron que yo era un tipo EN (Extrovertido e Intitutivo) con una cierta igualdad entre T/F (racional/emocional) y entre J/P (calificador/perceptivo). Así que me muevo entre cuatro tipos psicológicos: ser el Jefe, el Organizador, el Mentor o el Abogado. Me gustan los resultados, es como muy camaleónico: me gusta la extroversión (aunque no siempre la realice), soy abstracto, imaginativo y profundo que más que práctico y con los pies en tierra, y puedo jugar entre ser racional-realista o pasional-idealista y entre ser estructurado-rígido o espontáneo-flexible. Tal vez esto ayude a conocerse mejor uno mismo...

lunes, 4 de enero de 2010

PLANOS

Me apetece darle a la tecla... y aun así no tengo nada nuevo que contar. Últimamente me dedico más a observar y callar, a volver a la humildad de aprender de quien ha vivido mucho, aunque no tenga tanta edad como un anciano. A veces me siento insignificante en experiencias y a veces pienso que cargo experiencias de un gigante... dónde está el límite? Supongo que cada cual elige hasta qué plano llegar... porque cuando llegamos al final de un plano y somos capaces de movernos como pez en el agua en ese ciclo de la vida debemos de tomar la decisión de cambiar de plano y volver a ser nada de nuevo (un nuevo trabajo, un cambio de país, una nueva relación...) o seguir encajados en un mundo donde nada nos sorprende. Creo que mi mayor miedo es no poder enfrentarme a perder mi tierra, mis huellas... a volar lejos sin tener cerca todo lo que hoy he construido con tanto esfuerzo. Es un bonito reto (perderlo todo para saber qué queda). Aunque en verdad mi actual estrategia ya está decidida, mi meta, mi aprendizaje. Esta vez me toca no hacer nada.. no inquietarme, terminar mi ciclo y no forzar nada... esperar a que todo surja para poder cambiar de plano otra vez... No tengo que precipitarme en buscar oportunidades porque sé muy claro que puedo crearlas, no tengo que precipitarme en sentir que el tiempo se marcha... voy a disfrutar ahora que puedo moverme líbremente por mi plano, para que cuando esté preparado abra una esquina y cambie la dimensión para seguir creciendo.